El agua es sin duda un recurso imprescindible para que pueda existir la actual sociedad humana, lo ha sido desde que tenemos registros en la historia, y con seguridad seguirá siendo así por muchos años. Hoy en día, actividades como la industria, la agricultura, los servicios públicos que abastecen nuestras casas, no existirían si no usáramos para ellas grandes cantidades de agua, lo malo es que al realizarlas contaminamos el agua, actualmente las reservas de este líquido que han sido afectado negativamente se les ha denominado aguas residuales

Uno de los grandes problemas que tenemos con ellas es que la falta de un adecuado tratamiento a empezado a tener un impacto notable en el medio ambiente, pues se están contaminando lagos, plantas y animales que entran en contacto con ellas. Debido a que esta agua deja de ser potable, no podemos tomarla, e incluso, puede causar estragos en nuestra propia sociedad: dañando los productos agrícolas y causando enfermedades en la gente. Por ejemplo, en Morelos, existen comunidades que han sufrido problemas de salud pública por culpa de las aguas residuales.

Por si esto fuera poco, no solo las aguas que usamos en las actividades ya mencionadas corren el riesgo y/o sufren los efectos de la contaminación, incluso los ríos y lagos son contaminados por la actividad humana. Contaminamos los ríos con basura, al usar herbicidas y fertilizantes, y con aguas residuales que se descargan clandestinamente. Entenderás que, si las aguas residuales son tan peligrosas para el entorno, devolverlas al medio ambiente en ese estado después de utilizarlas sería una gran equivocación. Entonces, si no podemos devolverlas al entorno, y reutilizarlas en nuestras actividades podría ser riesgoso ¿Qué hacemos con ellas? Afortunadamente, existe una respuesta, y esa respuesta es el saneamiento.

Para contrarrestar los efectos negativos de nuestras propias acciones en el agua, usamos ciertas obras de infraestructura que se encargan de limpiarla, a través de varios procesos físicos y químicos como la sedimentación o la flotación. Las obras a las que nos referimos son las plantas de tratamiento de aguas residuales, y representan una de las principales medidas de cuidado del ambiente con las que cuenta nuestro estado, en el que podemos encontrar hasta 61 plantas. El proceso de limpieza dura un promedio de 24 a 48 horas, y en él se eliminan la mayor cantidad de contaminantes posibles. Una vez que el agua contaminada tratada se considera lo suficientemente limpia se vuelve apta para eventualmente regresar a los ríos y lagos. Como dato adicional puede que 69 plantas de saneamiento te parezcan más que suficientes para abastecer al estado, sin embargo, como ya se dijo antes, algunas de las comunidades en nuestro territorio han padecido crisis de salud pública precisamente por falta de más plantas.

Aunque con el tiempo se han ido desarrollando métodos más eficaces para el saneamiento de aguas residuales, aún hoy existen ciertos contaminantes que es imposible eliminar del todo del agua contaminada. Algunos ejemplos de estos contaminantes son las grasas y los aceites, las pinturas y los disolventes, así como muchos cosméticos y medicamentos. Es probable que no puedas prescindir del uso de estos contaminantes, sin embargo, reducir su consumo es una acción que todos podemos hacer, además de que existen algunas marcas que son menos contaminantes. Si todos pusiéramos de nuestra parte para cuidar el ambiente, le haríamos un favor enorme al mundo entero y, especialmente, a las futuras generaciones.

Recuerda que cuidar el agua es responsabilidad de todos, y que, al cuidar nuestras plantas de saneamiento y otros sistemas de manejo de agua del estado nos estamos cuidando a nosotros. Una forma importante de aportar a esta causa es manteniendo en buen estado el sistema de drenaje de nuestras propias casas, que, conectado a la red de drenaje municipal, se encarga de llevar nuestras aguas residuales a una planta de saneamiento donde recibirá tratamiento. Ahora bien ¿Qué puedo hacer para cuidar el drenaje de mi casa? La respuesta podrá parecer simple, pero puede que la mayoría de nosotros hayamos cometido faltas en el proceso más de una vez. Si usáramos el drenaje únicamente para deshacernos del agua sucia, la cual, por cierto, es su única función oficial, se resolverían muchos problemas. Lamentablemente, existimos personas que a menudo usamos, por ejemplo, la taza de baño como basurero, tirando todo tipo de deshechos, siendo de estos los sólidos los más dañinos para el sistema, que incluso llega a taparse.

Otra forma de aportar al cuidado del agua, y que, a su vez, resulta imprescindible para que sigan funcionando las plantas de saneamiento que tanto necesitamos, es pagando el servicio de drenaje. Lamentablemente, existen personas que por falta de conciencia consideran que el servicio debería ser gratis, o que simplemente no saben que tienen que pagar, por lo que dejan de hacerlo. En este sentido también hay empresas que generan aguas residuales y se reúsan a pagar su saneamiento, por lo que para no pagar deciden descargan estas aguas clandestinamente, sin importarles los desastres ecológicos que puedan causar.

Por lo que se vuelve de suma importancia que, si sabes de alguna empresa o alguna persona que haga este tipo de descargas irregulares, no dudes en pedirle al sistema municipal de saneamiento de agua potable que intervenga, o bien, puedes buscar la asesoría técnica y legal en la Comisión Estatal del Agua para evitar un daño mayor a nuestro entorno.